Capacitación, inducción y acompañamiento de cada paso que una institución debe dar para establecer su plan estratégico. La metodología, implica involucrar a todos los estamentos en dicho proceso, logrando un mayor compromiso con su desarrollo.

Capacitación, acompañamiento y entrega de material para desarrollar cada una de las etapas de este relevante documento institucional. La Consultora, acompaña desde el diagnóstico hasta la entrega a la comunidad del PEI definitivo. De ser necesario, se define un modelo de gestión que visualice sus diferentes áreas de acción.

Con base en toda la documentación oficial de la Institución, tales como PEI, Plan estratégico. Manuales de Funciones, mandatos, convenios de gestión, perfiles de competencias, etc., se elabora un modelo de gestión propia y exclusiva, en la cual participan como informantes todos los estamentos colegiales. El informe final, considera sugerencias de mejora, en todos los ámbitos del quehacer institucional.

Mediante herramientas de coaching, la Consultora acompaña a los integrantes del Equipo Directivo, enfocando el proceso en el desarrollo de las competencias, tanto conductuales como funcionales, que la persona necesita para ejercer exitosamente su cargo. Como referencias, se considera el manual de funciones y un diagnóstico respecto del tipo de liderazgo del directivo.

A partir del Derecho laboral, se trabaja con los equipos directivos indicando, desarrollando, ejercitando y retroalimentando diferentes estrategias grupales e individuales para mantener buenas relaciones con los sindicatos, incluyendo los periodos de negociación colectiva.

A partir de las nuevas tendencias que instalan el concepto de “felicidad institucional”, se entregan, entrenan y retroalimentan diferentes estrategias permanentes para lograr una cultura institucional que tenga como preocupación relevante el cuidado de las personas que trabajan en la institución.

Se trabaja la convivencia laborar con armonía en el trabajo y aprendiendo a expresar emociones y sentimientos, enfatizando una cultura preventiva que favorezca la existencia de un clima laboral adecuado, en el cual las personas asuman sus responsabilidades individuales y grupales.

La Institución recibe formación y estrategias para instalar la rendición de cuentas, tanto institucional, como individual de cada cargo, quedando en manos de los directivos, herramientas para monitorear y retroalimentar los objetivos institucionales y los deberes de cada integrante de la institución.